Pedro Palomino

 

 

 

HABLANDO DE MAMBRILLA.-  Capítulo VII

 

Tanto en España como en sus pueblos, durante el periodo de la Restauración, podemos apreciar tres grupos sociales:
Un pudiente grupo oligárquico agrario, predominante en Castilla.
Unas clases medias bajas, que agrupaban a medianos propietarios, arrendatarios y aparceros.
Un grupo de campesinos sin tierra, jornaleros y braceros, que sufrían una situación de paro intermitente y con muy bajos salarios.
Con este grupo de proletarios, se confundían los pequeños propietarios que se habían empobrecido.
Esta población sufría una situación que se caracterizaba por una alimentación deficiente, con grandes carencias sanitarias e higiénicas y una gran falta de cultura elemental, con unas tasas enormes de analfabetismo. Periódicamente se producían estallidos sociales violentos, que eran reprimidos duramente por las autoridades.
En la clase media, junto a los defensores de posturas democráticas y republicanas, existe una masa política apegada a los hábitos tradicionales, y con un gran temor a los cambios, que estaba influenciado fuertemente por la Iglesia.
En la clase trabajadora, había una gran masa de artesanos, y un creciente número de obreros que poco a poco se fueron organizando tanto políticamente como sindicalmente.
Con respecto a la educación y después de pasar por un periodo de amplia libertad en los estudios y en las universidades, como fue la Institución Libre de Enseñanza, se estableció una rígida censura, que afectaba a cualquier manifestación en contra de la monarquía o de la Iglesia.
Este cambio produjo un fuerte choque en gran parte del profesorado, algunos dimitieron y otros fueron cesados.
La enseñanza tradicional, predominó en este periodo y estaba basada en métodos anticuados y poco críticos, pero sometida a la Iglesia, en la que la educación primaria estaba en manos de religiosos y religiosas, que se dedicaban a la enseñanza sin apenas intervención del Estado.
La enseñanza secundaria, estaba destinada a los hijos de las familias ricas.
Toda esta situación, provocó un gran retraso en el desarrollo del país y todo ello debido a una mentalidad atrasada de las clases dirigentes del país.
En el Ayuntamiento de Mambrilla, la documentación escrita mas antigua que hay es el Libro de Actas de las sesiones del mismo, que empieza en 1889, en el que figura lo siguiente:

AÑO 1889.-

Se abre la sesión el día 2 de Enero, siendo alcalde Eugenio Esgueva Casín, acompañado por los siguientes regidores: Pedro de la Horra Ramos, Prudencio del Río Granado, Timoteo Ramos y Ramos, Matías Aguado Palomino, que desempeñaba además el cargo de síndico, Valentín del Val Maroto, Ramón de la Horra Arranz y como secretario, Fulgencio de la Horra Ramos.
Se abre la sesión y en ella se comunica que Francisco Alonso, había arrendado la “Tejera” a un vecino de Aranda de Duero, fundándose el la licencia que le concedió el Ayuntamiento el 28 de Febrero de 1883, resultando que por dicho acuerdo, no le concede la posesión del terreno que ocupa la misma, que estaba situada en la cañada que desde el Henar, va al monte de la cuesta.
Después de una discusión, se acuerda, el no conceder la autorización de la licencia para el subarriendo, quedando esta a disposición del Ayuntamiento, sin perjuicio de que se tenga en cuenta las obras realizadas por Francisco Alonso.
Transcurrió el tiempo y allá por el mes de Marzo, comparecieron, Francisco Alonso y Francisco Antón, este último vecino de Aranda, los cuales tenían hecho un trato sobre la “Tejera”, por un año y en la cantidad de ciento veinticinco pesetas. Al tener el Ayuntamiento en suspenso este acuerdo, acordaron que ambos pagasen al Ayuntamiento la mitad del importe, con lo que se dio por cerrado el acuerdo.
Por el mes de Abril, el alcalde Eugenio Esgueva Casín, comunicó a la Corporación el fallecimiento del secretario  Alejandro Vizcarra Arranz, que desempeñó este cargo durante cuarenta años.
La Corporación acordó nombrar secretario interino a Fulgencio de la Horra Ramos, con un sueldo anual de “trescientas cincuenta pesetas”. A los cuatro meses se le otorgó en propiedad, con el mismo sueldo.
Trascurría el mes de Mayo, y hubo que comunicar al señor Cura Párroco de esta villa, que se habían recibido unas nuevas Reales Ordenes, en la que se prohibía entrar los cadáveres en la Iglesia, así como exponerlos en la misa de cuerpo presente, pues se consideraba nocivo para la salud. En esta misma sesión, se acuerda instalar el buzón de correos en casa del alcalde y el desacotar el Prado del Henar, para el aprovechamiento de los pastos para el ganado, con el siguiente horario: desde las nueve de la mañana, hasta las tres de la tarde y desde las seis de la tarde a las nueve de la noche, bajo multa de dos pesetas, a los que no lo cumplan.
El 23 de Junio se celebró una sesión extraordinaria en la sala capitular a la que acudieron los concejales y mayores contribuyentes de la villa, bajo la presidencia del alcalde Eugenio Esgueva, que declaró abierta la sesión, leída el acta anterior, esta fue aprobada.
Por el Presidente, se manifestó a los concurrentes, que la reunión tenía por objeto el hacer las oportunas gestiones para activar los trabajos de la carretera que desea tener el vecindario, y que está pedida al diputado Don Manuel Chico, para cuyo efecto se ponía a  deliberación de los concurrentes, las diligencias que más acertadas se creyesen oportunas para exponérselas.
Una vez discutido el asunto, se nombró una comisión, compuesta por el alcalde suplente Pedro de la Horra, de los contribuyentes, Lesmes de Vicente, Juan Diez Ramos y Alejandro de la Horra, así como del secretario, Fulgencio de la Horra, con el fin de que acudiendo ante dicho diputado y otros si fuese necesario, les ejerciten a que interpongan su influencia, para que se hagan los estudios de la carretera, con la mayor brevedad posible y que se sigan los demás trámites hasta se realización, con las advertencias que fuesen necesarias.
Por el mes de Septiembre, se consulta al señor Gobernador Civil de la provincia, la forma en que está trazada la línea divisoria de esta villa con la de Roa, ya que existe otro término entre medias, llamado El Escolano, cuyo pueblo ha desaparecido, así como la pendencia que hay sobre un molino llamado del “Vergueral”, que está en competencia, por sostener ambas villas la pertenencia a su jurisdicción.
Acababa el año, cuando en el mes de Diciembre, el Ayuntamiento de San Llorente comunica al de Mambrilla, la necesidad de trazar el deslinde entre ambos pueblos. El Ayuntamiento  de Mambrilla, no reconoce al de San Llorente como pueblo colindante, por lo que se acuerda el abstenerse de verificarlo, pero si se acuerda el comprar una estufa y una lámpara de petróleo para el Ayuntamiento, dando por cerrado el Libro de Sesiones por el presente año.

 

 

1890.-

El 1 de Enero, se dio cuenta del resultado habido en las elecciones, quedando establecido el Ayuntamiento de la siguiente forma:
Alcalde, Eugenio Esgueva Casín, Regidores: Pedro de la Horra Ramos, Prudencio del Río Granados, Eustaquio Ramos de la Horra, Juan Arranz Oña, Ramón de la Horra Arranz y Agapito San Martín; siguiendo de secretario, Fulgencio de la Horra Ramos.
Al estar la escuela de niños junto al Ayuntamiento y tener que acceder a éste por la misma. El maestro Don Ignacio Fernández, propuso el construir una escalera desde la carnicería que había debajo de la secretaría, con lo que se conseguiría un mejor servicio y decoro, aparte de no molestar a los niños cuando estaban en clase. El Ayuntamiento acordó el llevarla a efecto, para lo cual se utilizaría el material sobrante que hay en la escuela.
Como existe un archivo de la notaría de Don Eleuterio Arrontes, se avisará al Sr. Juez de Instrucción del partido, para que ordene sea requerido del Sr. Notario, el traslado de dicho archivo.
Estando a primeros de año, se acuerda el revisar el sueldo del secretario, ya que lo consideran bajo e insuficiente, para poder atender la subsistencia. Para lo que se llama al médico Don Ignacio Vivar Alonso, comunicándole que se va a rebajar la asignación que había para la “plaza de pobres”, que estaba bien renumerada y estando éste de conformidad, se la asignó al secretario.
En el mes de marzo, como en años anteriores, se procede a realizar la lista de pobres y medio-pobres, para la asistencia médica, que empezará a regir a partir de Mayo de 1891.
A finales Enero, se acordó el nombrar una comisión con los regidores Eustaquio Ramos y Pedro de la Horra, para la creación de las Ordenanzas Municipales, ya que este Ayuntamiento carecía de las mismas.
El 2 de febrero se procedió a su lectura, leído que fue todo su articulado minuciosamente y previa discusión, fueron aprobadas por unanimidad, acordando sean remitidas al Sr. Gobernador y a la Comisión Provincial, para su aprobación.
En el mes de marzo, y al necesitar fondos el Ayuntamiento, el alcalde hizo la propuesta, de convertir en metálico parte del grano del Pósito, cuya existencia actual era de 287 hectolitros y 11 litros, y al no haber peticiones por parte de los vecinos, se acuerda la venta de 87 hectolitros, y su importe irá a parar a las arcas municipales.
En el Municipio existía una Junta de Sanidad, que estaba formada por loas siguientes personas:


Médico, Don Ignacio Vivar Alonso,

Asistente, Don Gabriel Rodríguez,

Párroco, Don Pedro Fresno Montejo,

Maestro Don Ignacio Fernández Ordóñez,

Vocales, Tomás Esteban de la Horra, Valentín del Val Maroto, Nicolás Diez Vizcarra

y como secretario, Fulgencio de la Horra Ramos.


Esta Junta se reunió con el Ayuntamiento el 30 de Junio, con motivo de la aparición por toda la zona del cólera, con el objeto de tomar las medidas oportunas; en ella se acordaron darlas órdenes para la limpieza general de todas las casas y calles del pueblo, retirar toda la inmundicia que se encuentre en estado de putrefacción y expida miasmas perjudiciales para la salud.


Deberán blanquearse con cal, todas las habitaciones que lo necesiten, las basuras de las cuadras evitar su fermentación, todos los arroyos de particulares se  limpiaran y sanearan, así como los estanques y arroyos del “común”.


La Junta de Sanidad realizará las oportunas inspecciones, para verificar la limpieza realizada y todo lo que estime oportuno.


Si se presentase algún caso, con el fin de aislarlo, se designa la casa de la “Tejera”, como hospital, ya que esta se encuentra fuera de la población. Se designa como lavadero especial, para las épocas que se halle atacado el pueblo, el pozo que hay parta subir a la “Tejera”, en el camino del “Henar”, y para depósito de cadáveres, la Ermita.
Se someterá, a todas las personas que vengan de fuera, al reconocimiento y fumigado de las mismas, destinando para esta operación, la caseta de la huerta de los herederos de Melitón Oña.


Por último se prohíbe, el traer ropas para lavar en esta villa, de Roa, ya que se halla infestada de sarampión.


En el mes de Octubre, se solicita de nuevo y al Excmo. Sr. Ministro de Fomento, la construcción de una carretera, que sea la prolongación de la de Aranda a Roa y que pasando por esta villa, empalme con la provincial de Peñafiel a Encinas, en Valdearcos.
Por el mes de Noviembre, los padres misioneros, Fray Avelino Díaz y Fray Perfecto, predicaron la Santa Misión desde el día 12 al 22, por lo que el Ayuntamiento les abonó treinta pesetas.

1891.-

Comienza el año con la misma rutina de los anteriores y el día 1 de Julio de 1891, se celebran elecciones del que salió un nuevo Ayuntamiento, que estuvo formado de la siguiente manera:


Alcalde, Valentín Arranz Ramos,

Regidores: Nicolás Diez Vizcarra, Antonio Diez callejo, Benito Arranz Ramos, Eustaquio Ramos de la Horra, Julián Arranz Oña, y Agapito San Martín.


Una vez que se formó la Corporación, el primer acuerdo que se toma por unanimidad, es el de celebrar las sesiones ordinarias, todos los domingos a las diez de la mañana.
Transcurría el año y a mediados de Agosto, se recibió en el Ayuntamiento una solicitud de Don Esteban Vivar en la que reclamaba al Ayuntamiento la cantidad de ochocientas tres pesetas y tres céntimos, por los dieciséis meses que desempeñó su hermano difunto Don Ignacio Vivar, la plaza de médico titular de pobres. Resultando ser cierta la deuda, el Ayuntamiento acordó que fuese satisfecha, previa presentación de los documentos legales que lo acrediten.


Por el mes de Septiembre, se presentó en el Ayuntamiento Don Manuel Bosque, acreditando ser el comisionado de apremio de la Santa Cruzada, reclamando el pago de doscientas noventa y una pesetas con ochenta y siete céntimos de la deuda que tenía este Ayuntamiento, y además el devengo de una dieta de tres pesetas por día que se tarde en pagar.


En Octubre, se recibió un Real Decreto, en el que se pedía a los ayuntamientos y particulares, que contribuyesen con un donativo para aliviar las desgracias por el temporal sufrido el las provincias de Toledo, Palencia y Almería. El Ayuntamiento acorrido, que a pesar de sentirse sensibles con la noticia, no podían contribuir con donativo alguno, por las desgracias calamitosas que afligían a esta villa, motivadas por las sequías y heladas que tanto habían perjudicado a las cosechas, siendo la causa del malestar que existe en la villa, desde hace tiempo.


Por ese tiempo, se declaró una epidemia de “varicelosa” en el ganado lanar de esta villa y la de Roa, para lo que se Adoptaron las medidas convenientes.
Frutos Callejo, compro una casa en pública subasta que hizo el Ayuntamiento, por ciento setenta y ocho pesetas, ya que el anterior propietario, tenía una deuda con el Pósito de once fanegas y veintiséis cuartillos de trigo. De este importe, ciento nueve, corresponden al Pósito, por el precio que se valoró la fanega, el resto pasa a los fondos del municipio. El alcalde propuso, que si los ciento nueve se destinaban a la compra de granos o a fondos del municipio, acordándose que se aplicase a lo último, ya que muchos vecinos estaban buscando dinero y pagando  un rédito entre el diez y veinte por ciento.


En este año se procedió a la remodelación de las calles del pueblo, para lo cual, cada vecino arreglará hasta la mitad de la calle del frente que ocupe su casa, la plaza y demás sitios comunes, se arreglaran por cuenta del Ayuntamiento y prestación personal.

1892.-

Lo primero que se hace este año, es el arreglo de los pilones de la fuente del Henar, con el fin de que se laven en ellos las ropas de los afectados de enfermedades contagiosas o epidémicas.


Para la suerte de leña se establece un precio de cinco pesetas con noventa y dos céntimos.
Como es norma del Ayuntamiento, el socorrer a sus vecinos mas necesitados, se le concede a Candelas Casín, una ayuda de cincuenta céntimos diarios, por encontrarse enferma, hasta que se alivie o fallezca, sin que su importe se exceda de lo que está presupuestado.
Celedonio San Juan y Dámaso Arranz, venían desempeñando bastante tiempo y gratuitamente el puesto de guardas municipales, por lo que solicitaron del Ayuntamiento una gratificación, visto el asunto, se acordó el darles una gratificación a cada uno de veinticinco pesetas, en consideración a que habían cumplido honradamente se servicio.


Por el mes de mayo, se desarrolló una epidemia de sarampión y se tuvo que reunir la Junta de Sanidad para establecer las normas para combatirla. Tanto los médicos como el cura, mostraron la necesidad de construir un depósito para los cadáveres y un cementerio civil, para los que muriesen impenitentes, redundando  todo esto en beneficio de la sanidad e higiene de la villa.


Acordaron de gestionar el sitio y lugar en el que se deberían hacer estas obras, o si se  podría construir el depósito en el cementerio católico. También se acuerda el cerrar las escuelas públicas, para evitar el contagio y propagación, así como que se laven las ropas en el sitio designado y en caso de algún fallecimiento, se lleve el cadáver a la Ermita y se efectúe su entierro a mayor profundidad.
Se recomienda a los vecinos que dirijan las aguas por su cauce habitual, y que no se formen estanques para no producir malos olores, se prohíbe el vertido de aguas sucias por las ventanas a la calle.


En el mes de Agosto, Diego Áreas, mandó una carta al Ayuntamiento, en la que manifestaba haber recibido una da la Junta Consultora de Caminos, en la que comunica que se ha incluido el plan de estudios de la carretera de Pardilla a Valdearcos, pasando por esta villa.
En lo referente a la suscrición abierta por la Diputación, para socorrer a los pueblos siniestrados por las inundaciones, este Ayuntamiento manifiesta que no ha contribuido ningún vecino y que no es debido a la falta de sentimientos de caridad, si no, al estado angustioso en que se encuentra este vecindario, debido a las malas cosechas de trigo por las heladas habidas en el mes de Mayo, la poca venta de vino y a su bajo precio y al retraso de las malas cosechas en años anteriores, siendo estas las causas a que obedece el no haberse contribuido con donativo alguno. No obstante, el Ayuntamiento contribuye con ocho pesetas, solicitando a la vez, que este pueblo es merecedor del perdón de las cuotas de contribución, por todos los perjuicios ocasionados por las heladas.


Se mondó y limpió la fuente de La ballena, adjudicándose la subasta por diez pesetas a Isidoro de la Horra.


Juan San Martín, levantó una pared sin haber solicitado permiso, en el camino de las bodegas, para alargar una era de su propiedad, el Ayuntamiento la comunicó que lo repusiera al ser y estado en que estaba antes de empezar la obra, apercibiéndole que de no hacerlo, se verificaría a su costa, imponiéndole además una multa de cinco pesetas.

1893.-   

El sufragio universal masculino, que se estableció en 1868 fue suprimido en 1877, luego se restableció en 1890, cuando gobernaba Sagasti, aunque esto no supuso un paso para la democracia, puesto que existía un acuerdo que aunque no estaba escrito, éste dio paso a Cánovas, que convoco elecciones en 1891 y las ganó. Cuando en 1893, le correspondió a Sagasti el convocarlas, las ganó con toda facilidad.


Pero en Mambrilla había otros problemas que hacer frente, como el de arreglar con piedras el lavadero de la villa en su pilón de abajo, o la carta que envió el Sr. Gobernador, haciendo referencia a la escuela y a sus enseñanzas, previniendo al maestro D. Ignacio Fernández, que no falte de la escuela en horas lectivas, sin autorización.


El día 24 de Abril, la hora más taurina de la tarde, descargó sobre la villa un pedrisco tan fuerte, que produjo grandes daños, ya que llegó a estropear una tercera parte de la cosecha. Por este motivo el alcalde Valentín Arranz, propuso a los concejales instruir el oportuno expediente, para solicitar el perdón de la contribución.


Transcurría el mes de mayo, cuando se procedió a efectuar la numeración de todas las bodegas del pueblo, al efecto de practicar todas las operaciones referentes a la comprobación de la riqueza urbana. Así como la travesía que va desde la calle Ancha a la Angosta, se llame calle del Cementerio.


Por parte del Ayuntamiento, se procede a hacer una solicitud al Sr. Vicario Capitular del obispado del Burgo de Osma, con el fin de que se digne el conceder que puedan ser enterrados en el Humilladero, los cuerpos de todos los que falleciesen fuera de la Iglesia Católica e impenitentes, mediante que ya está profanado el lugar, por haberse enterrado algunos cuerpos que estaban en esas condiciones.


Pedro de la Horra Ramos, presentó la dimisión del cargo que ostentaba en la Junta Municipal, por enfermedad crónica y que le imposibilita para desempeñar el cargo, se designó para cubrir el puesto a Francisco Diez Martín.

1894.-

Tras las elecciones celebradas, se formó el nuevo Ayuntamiento el día 1 de Enero a las siete de la mañana, compuesto por las siguientes personas: Alcalde: Juan Diez Ramos, Concejales: Braulio Diez Callejo, Nicolás Diez Vizcarra, Valentín Arranz Ramos, Francisco San Martín, Pedro del Val Esgueva, Benito Arranz Ramos, y como secretario, Fulgencio de la Horra.
Se hace una reparación en la pared del lavadero de los Pilones, con el fin de que sirva de abrigo a las mujeres cuando van a lavar la ropa.


Pedro Diez Arranz, presentó una instancia en el Ayuntamiento, solicitando ayuda, ya que le aqueja una enfermedad que le impide el ganarse el sustento por carecer de bienes, el Ayuntamiento acordó el ayudarle con dos reales diarios. Pocos días mas tarde, el Juez Municipal, comunica al Ayuntamiento, su fallecimiento, manifestando que el cura párroco, se niega a darle sepultura, porque según se dice por el pueblo, ha muerto impenitente, solicitando el juez, de que se le asigne un lugar contadas las seguridades debidas, para proceder a su enterramiento.


Como quiera que el Humilladero, se hubiera habilitado para este fin, el cura D. Pedro Fresno, se opone a ello, porque dice que ese sitio ha sido sagrado. Se acuerda, que provisionalmente se entierre en un callejón que existe contiguo al cementerio católico, entre éste y la huerta de Lesmes de Vicente, por no haber otro sitio más a propósito, fuera del Humilladero, acordando que se levanten unas paredes, con objeto de que no sea profanado.
El Sr. Gobernador Civil, mandó un oficio al Ayuntamiento, en el que manifiesta, que se ha concedido que se condone la mitad de la contribución que se satisface por la riqueza rústica, lo que supone un ahorro para los vecinos de, dos mil novecientas veinte pesetas con veinticinco céntimos.


La maestra de niñas, Doña María Pascual San Martín, a petición del Ayuntamiento, fue examinada por los médicos, D. Isidoro Cuesta Ramos y D. Francisco Martín Villanueva, por padecer una enfermedad que la imposibilita ejercer la enseñanza, toda vez que hace más de un año que la padece.


Al médico titular, D. Isidoro Cuesta, se le había traído los muebles por cuenta del Ayuntamiento, por lo que se acordó el pagar a cada yunta y carro, seis pesetas, como Juan Diez había ido con el carro y tres ganados, el de Valentín Arranz, con dos y el de Tomás Esteban con dos, corresponde abonar un total de veintiuna pesetas.
Al dulzainero Juan de la Horra, se le abonan diez pesetas, por tocar el día de la función.
Se reunieron los mayores contribuyentes, con el objeto de acordar la reparación de las calles, se acordó el contribuir los vecinos por prestación personal por el tiempo de dos días, el Ayuntamiento comprará seis martillos para machacar las piedras..

1895.-

        
Victoriano, Juan Palomino y otros, pusieron en conocimiento del Ayuntamiento que estaba obstruida una servidumbre al pago de las bodegas, siendo ésta del pueblo establecida desde tiempo inmemorial, la dejen en el mismo estado que se encontraba. En la bodega de Juan Miguel, la subida que existe entre su bodega y la de Francisco Callejo.
A los obreros que habían ido a la reparación de caminos vecinales, se les abonó tres reales y medio por medio día a los que fueron en verano, los que fueron en vendimias a una peseta.
Por haber escasez de madera, se vendieron en pública subasta los olmos, que eran propiedad de Municipio, al pago de las bodegas, junto al lagar de Manuel Esteban, y debido a la penuria por la que atravesaba la villa, se abrió el Pósito, para ser socorridos los vecinos más necesitados.


El Obispo de Osma, solicitó por carta el mantener una entrevista con el alcalde y el párroco, sobre los diferentes desacuerdos en ciertos asuntos de interés para la villa. Por tal motivo se nombró una comisión, formada por el alcalde Juan Diez y el secretario Fulgencio de la Horra, para que entre otros asuntos, se gestione la cesión del Humilladero, con el objeto de destinarlo a cementerio civil, abonando su tasación y que se repare el reloj de la Iglesia.
A mediados de año se celebraron elecciones, con el siguiente resultado: Alcalde: Braulio Diez Callejo, Concejales: Juan Diez Ramos, Victoriano Palomino, Víctor Diez, Francisco San Martín Mariano Arranz, Pedro del Val, que una vez tomaron posesión del cargo, acordaron celebrar las sesiones, todos los domingos a las diez de la mañana, en la Casa Capitular.
Se acuerda el hacer un lavadero al pago del Henar, más abajo del que existe, ya que cuando se obstruye, penetra el agua en la fuente.


En la noche del 21 de Agosto, se produjo un gran incendio en la villa, al que acudieron a sofocarle, además de los vecinos del pueblo, los de San Martín y los de Valcabado; el Ayuntamiento les dio  las más expresivas gracias por su generoso y espontáneo auxilio, abonándoles el valor de las cántaros rotos, a razón de treinta céntimos, y los gastos que se ocasionaron en la villa por tal motivo.


Por el mes de Septiembre, el cura párroco, anunció en el ofertorio de la misa del domingo, que el día 16 de Septiembre, realizará una visita el Obispo de Osma, para administrar la Santa Confirmación; el Ayuntamiento, acordó el salir a recibirle en Corporación, manteniendo con el después una entrevista, en la que se trató sobre el Humilladero y el baile en las procesiones.


Como ocurría, cuando se producía una visita de esta categoría, servía para hacer una limpieza general del pueblo, por lo que el Ayuntamiento, acordó el retirar todas las basuras de las proximidades de la villa, de las calles, del camino de las bodegas, pradera de los Pilones y bajando por el camino del Campillo al Humilladero, hasta la huerta de Melitón Oña, así como que no se lavasen los vientres del cerdo o poner las ropas encima de la pradera del Caño de la Fuente.


En este año, hubo una gran escasez en la cosecha de cereales y legumbres por causa de los hielos, debido a la sequía, los viñedos habían sufrido graves perjuicios a consecuencia de la oruga de coquillo, por lo que los vecinos solicitaban de la Junta Pericial, que solicitase el perdón de la contribución. Al ser denegada ésta, se acordó la tasación de las pérdidas y que los gastos que se originasen, se abonasen de la partida de imprevistos. La maestra, Doña Ildefonso Paniagua, comunicó al Ayuntamiento, la necesidad de instalar un horno para el pan, en la casa-escuela, a lo cual considerándolo de suma importancia, se acordó el proceder a su instalación.


Reunidos los mayores contribuyentes con el Ayuntamiento, acordaron el arreglo de los caminos del Prado, que van de ésta villa a la de Roa, así como los de Santa Brígida a San Martín, para facilitar la exportación de uvas y frutos, obligándose los firmantes a contribuir con su personal, carros y caballerizas, los que no contribuyan con su persona y familia, lo harán en metálico, a las viudas, se les pedirá la voluntad.


El aprovechamiento forestal, para el próximo año, se realizará en las Corralizas y la Cantera.

1896.-

  D. Fernando Laso, como apoderado de este Ayuntamiento, presentó las cuentas en las que figuraban unos gastos de doscientas cuarenta y seis pesetas con treinta y siete céntimos y que los intereses habían sido de un importe de ciento cuarenta y nueve con trece céntimos, con lo que se tenía un saldo a favor de este Ayuntamiento de noventa y siete pesetas con veinticuatro céntimos. Por otra parte se hizo una solicitud al Sr. Delegado, para poder pagar en quince años y treinta plazos, las seiscientas veintiséis pesetas con cuarenta y nueve céntimos, que resulta de los débitos de las liquidaciones remitidas, correspondientes a los años 1893, 1894 y anteriores.


Por falta de cumplimiento en sus deberes de guarda, ocupándose en las horas de trabajo, en realizar los suyos en su hacienda, fue sustituido por el alcalde, Celedonio San Juan Arranz como guarda de monte, nombrando en su lugar a Ventura Esteban San Martín.
Los labradores de esta villa, se encontraban en muy precaria situación, debido a la pertinaz sequía y a que se han paralizado por completo todos los trabajos y agotados todos los recursos que disponía el Ayuntamiento para obras y caminos. Antes de que se presente la terrible crisis que se avecina, e alcalde mandó un escrito al Sr. Gobernador, en el que le solicitaba que mediase ante el gobierno de S. M., para que se acelerase la construcción de la  proyectada carretera  de Pardilla a Valdearcos, ya que en su construcción podrían encontrar trabajo muchos obreros de esta comarca, para poder así atender al sustento de sus familias.


El Ayuntamiento informa a los vecinos de las precauciones que deben tenerse en cuenta sobre el “cecidonga destructor”, insecto que ataca a varios cereales, así como que se tenga presente la ley del 29 de Septiembre de 1896, sobre la protección de los pájaros; procediéndose también al reparto de la sal, realizando su cobro en el segundo trimestre.
Se le abonó al médico D. Gonzalo Diez, la cantidad de seis pesetas, por los deterioros y limpieza de una cama, que prestó a Basilio por los once días que la ocupó.

1897.-

Los alcaldes de San Martín, Valdearcos, Corrales, Valcabado y Mambrilla, fueron citados para verificar los deslindes y mojones, los días once, doce y trece, para lo cual se formó una comisión en la que participaban todos los alcaldes y como peritos, Miguel Casín y Lucio Vizcarra, como “azadonero”, Isidro Diez, corriendo los gastos por cuenta del Ayuntamiento.
D. Ignacio Fernández, maestro de niños, presentó las cuentas que ascendían a un total de doscientas cincuenta pesetas, solicitando una licencia, para que se cerque la parcela de terreno existente junto al matadero, con la pared de Eustaquio ramos, con el fin de que puedan hacer “aguas menores” los niños, con las condiciones de moralidad e higiene debidos.


Así mismo la maestra de niñas, Doña Ildefonso Paniagua, presentó sus cuentas que ascendían a un total de ciento veintisiete pesetas, con veinticinco céntimos, informando de los deseos que tenía de entarimar la escuela, aprovechando el material sobrante de la de los niños.


Se abonó al concejal Victoriano Palomino, la cantidad de cuarenta pesetas, por el viaje de varios días a Burgos, para presentar las liquidaciones.
Este año se hicieron ciento cuarenta y siete suertes de leña, por lo que se cobrará por cada una la cantidad de seis pesetas con cuarenta céntimos.


Matías Aguado, solicitó del Ayuntamiento que le fuese vendido un solar, llamado de la cárcel, que está situado en la calle Ancha, entre las casa de Braulio Diez y Ezequiel Ruiz.
El Ayuntamiento hizo un edicto, en el que comunicaba a los vecinos que se creyesen con derecho al solar, sito en la calle del Rincón, que cruza al camino tras los corrales, a la calle Solano y Bodegas, presenten los documentos que justifiquen su pertenencia, comunicando que deben verificarlo en un plazo de quince días, en caso de no hacerlo, dicho solar pasara a ser propiedad del Ayuntamiento.


Braulio Diez, Mariano Beltrán y Fulgencio de la Horra, fueron a la Aguilera, para hablar con el farmacéutico D. Manuel Martínez, para establecer una plaza de farmacia en la villa, con las condiciones siguientes:


Se adjudicará a dicha plaza, la cantidad de doscientas cincuenta pesetas, una suerte de leña y exenta de consumos, todo esto a cambio de suministrar las medicinas a catorce familias de pobres, transeúntes y expósitos.
Los aspirantes, presentaran su solicitud, en el plazo de treinta días, desde su publicación en el Boletín Oficial.


El que resulte elegido, podrá contratar con los vecinos que son un total de 170, así como con los pueblos de Valcabado, Corrales y otros.


A Juan San Martín, se le cedió una parcela sobrante de la vía pública, desde la esquina de su casa de la calle del Rincón, por la parte derecha, entrando hasta la esquina del corral de la casa, de modo que guarde línea, cediendo Juan San Martín al Municipio, un robledal al paga del Carrascal, de tres celemines, lindando al mediodía, con el monte de la villa, al poniente, con el robledal de Tomás Esteban y al norte, con la tierra de Juan, todo ello en compensación y pago de la parcela.


A Braulio Diez Callejo, se le vende el solar de la cárcel vieja, por doscientas cincuenta y tres pesetas, así como a Juan Diez ramos, los bienes de granos de esta villa, por mil doscientas pesetas.


La farmacia fue concedida a D. Emilio Mallana, en las siguientes condiciones: cobrar por igualas, cuarenta fanegas de trigo y doscientas ochenta cántaras de vino; en el caso de no llegar a esta cifras, el Ayuntamiento abonaría la diferencia, a razón de diez pesetas por fanega de trigo y de seis reales, por cántara de vino.


Esta farmacia realizó su apertura el 15 de Octubre de 1897.
El nuevo Ayuntamiento como resultado de las últimas elecciones, se compone por: Alcalde. Victoriano Palomino Granado, concejales: Sotero Ramos y Ramos, Víctor Diez Sendito, Casiano del Val Esgueva, Marcos San Martín Ruiz, Mariano Arranz Ruiz y Julián Arranz Oña.
Seguidamente se procedió al nombramiento de las Comisiones para la administración municipal, quedando establecidas de la siguiente forma:

Síndico: Víctor Diez Sendito,

Interventor: Julián Arranz Oña.
Presupuestos y cuentas: Sotero Ramos y Víctor Diez.
Obras públicas: Casiano del Val y Marcos San Martín.
Pósitos: Mariano Arranz y Julián Arranz.


El 15 de Septiembre, se solicita al Sr. Gobernador Civil, la oportuna licencia para extraer la piedra de la cantera, situada den el monte de Valdepila, toda vez que dicho monte le viene aprovechando el pueblo, en común, para sacar piedra desde tiempo inmemorial. A esto se opone la Guardia Civil del puesto de Roa, obedeciendo órdenes superiores, con el fin de que se siga el aprovechamiento, que por tradición se ha realizado hasta ahora.
Llegado el mes de Noviembre, el Sr. Gobernador, niega a la villa, la petición del perdón de la contribución, por la pérdida de las cosechas, a causa de las heladas.
Los terrenos de los “Llanos de la Cuesta” y del “Calero”, se dejan a “piso-tieso”, para pastos del ganado.


A Aniceto San Martín, se le nombra guarda interino del monte, con la asignación de la mitad de las multas que presente en este Ayuntamiento.

1898.-

El 15 de Julio y el 5de Agosto de 1888, se tomaron acuerdos en el Ayuntamiento, referidos a la formación del expediente de solicitud de excepción de venta de los bienes propios y comunes, con destino al aprovechamiento común y dehesas y boscales del monte llamado de Valdepila.


Otras cuatro porciones de monte, llamadas de Carrascal, La Cuesta, Fuente-peña, Juan Pedrada y los valles, así como dos prados, el del Antrogil y el Henar, en virtud de lo dispuesto por la Ley del 8 de Mayo de 1888, cuyas fincas están amparadas en dos censos:
Uno de 132.000 reales de capital, con 2656 reales de rédito anual, a favor de los herederos de Pantaleón González.


Otro de 20.000 reales de capital, con 600 reales de rédito anual, a favor del colegio de la Veracruz, de Aranda de Duero.


Todas las porciones del monte, formaban una sola unidad con el principal, designándose todo ello con el nombre de Valdepila. Éste, venía incluido en la relación de montes, que tenían carácter de interés general, según lo dispuesto en el artículo 4º de la R. O. del 27 de Febrero de 1893, que comprende los que hay que enajenar, viendo dicha relación en el B. O. nº 148, del 16 de Septiembre de 1897. Al Sr. Delegado de hacienda, se le manda un escrito, para que se lo comunique Al Sr. Ministro, y en el se manifestaba que el monte de Valdepila, de esta villa, está exceptuado de la venta y aprovechamiento, por varis disposiciones reales, haciendo constar, que no se cree necesaria una nueva disposición, para que sea exceptuado de la venta, ni se considera necesario, sirviéndose detectar la exclusión del monte de Valdepila.


El Ayuntamiento mandó una carta al Obispo de Osma, en la que se le indicaba que el párroco de esta villa, D. Pedro Fresno, abandonó la procesión el día de Pascua de Resurrección y las imágenes, porque los mozos habían danzado alas mismas en el momento del “Resurresis”, habiendo alterado el orden de la misma con su proceder.
Cuando los soldados de campaña pasaban, pernoctaban o vivían en la villa, cosa que ocurría con Guillermo de la Horra Ruiz, que era inútil de campaña, el Ayuntamiento les facilitaba raciones de pan, como consecuencia de ello y con el fin de poder cobrar estos importes, en las oficinas militares, se nombró a Isaac Vadillo, representante en Burgos, para que los pudiese hacer efectivos. En el mes de Octubre, salieron a subasta las obras del segundo tramo de la carretera de Pardilla a Valdearcos, correspondientes al tramo entre Roa Y Mambrilla, siendo adjudicadas a D. Manuel Herraez.
En la subasta de la leña de la Ribera del Duero, fue adjudicada a Miguel Casín, que fue denunciada por Lucio Vizcarra, por no haber “hitos”, marcando el terreno del pago del “Novillo”. El juez decretó que se lindase, haciéndolo los peritos nombrados por el Ayuntamiento, ya que era un bien del pueblo. Una vez que fue realizado y comprobado por el juez, se procedió a cortar la madera.


El alcalde Victoriano Palomino y el síndico Víctor Diez, fueron comisionados para gestionar la competencia que tiene establecida esta villa con la de Roa, sobre la pertenencia de la fábrica del Vergueral.    

1899.-

En este año el Ayuntamiento estaba formado de la siguiente manera:

Alcalde

Tomás Beltrán Requejo

Concejal 1º

Sotero Ramos y Ramos

       “       2º

Casiano del Val Esgueva

       “       3º 

Marcos San Martín Ruiz

       “       4º

Juan Casín Esteban

       “       5º

Julián Arranz Oña

       “       6º

Pedro Cavia Herrero

Secretario

Fulgencio de la Horra Herrero

Síndico

Casiano del Val Esgueva

Interventor

Juan Casín Esteban

Depositario

Lino Vizcarra Zapatero

Recaudador

Antonio Diez Callejo

Alguacil

Mariano Oña Fernández

Para los aprovechamientos forestales de la temporada 1899 a 1900, se solicitan las cortas de leña del Calero y la cuesta, estimando una tasación de leñas de 180 pesetas; también se establece para los pastos una tasa de 620 pesetas, siendo la existencia de ganado de seiscientas reses lanares, dieciséis de cabrio, diez de vacuno, y ochenta de ganado mayor. Se fijó una cuota para la suerte de leña de la corta de Los Valles de seis pesetas con cincuenta céntimos.


Julián Arranz Oña, manifestó a la Corporación, que habiendo ostentado el cargo de interventor, el cual autoriza a intervenir en los fondos municipales y mantener una llave de las tres que tiene el arca, no había intervenido en el arqueo, entregando la llave y solicitando se hiciese un arqueo.


Una vez que se efectuó dicho arqueo, se fijó el cargo en 8018 pesetas con 75 céntimos, así como una data de 7083 pesetas con 16 céntimos, resultando un saldo de 983 pesetas con 59 céntimos, referidos a las cuentas de los años 1897-98.
El secretario, Fulgencio de la Horra, solicitó del Ayuntamiento un mes de permiso, por tener que hacer en Madrid los exámenes de las oposiciones para Contadores de Fondos, dejando de sustituto a Juan de la Horra Ramos.


En el verano se procedió a la limpia de La Ballena, dándola un revoque de cal, con el objeto de observar si las aguas podrían subir a mayor altura que la actual.
Por el mes de Octubre, se nombra farmacéutico interino para los pobres de solemnidad a D. Valentín Requejo, con la asignación de 50 pesetas anuales y a prorrata lo que le corresponda por los días que verifique el suministro. La plaza fue aceptada, cesando D. Emilio Mallana, por haber terminado su contrato.

 

   Visita nº Ξ Pedro Palomino Ξ